sábado, 9 de enero de 2016
Campañas: antes con 'bots' hoy con 'tuitstars'
Ya había hablado sobre la utilización de las tecnologías de la información para las campañas políticas y cómo las redes sociales han impactado este ámbito en los últimos años.
Sin embargo en ese punto sólo se habló de lo ''bueno'' y de cómo un candidato independiente podría conseguir respaldo ciudadano mediante estrategias basadas en internet. Hoy tocaremos otro tema, lo opuesto, la llamada ''guerra sucia'' escrita en menos de 140 caracteres.
Hace algunos años, digamos en la última campaña presidencial mexicana (2012) se dio a conocer la manera de trabajar de los llamados 'bots', es decir, cuentas en redes sociales que hacen parecer que son de una persona regular, pero que en realidad son creadas con el único fin de dar promoción a algo o alguien, en este caso, un candidato.
Se decía que los agrupaban en centros de telemarketing y les pagaban por ello. A través de publicaciones, creaban hashtags en favor de tal o cual y se encargaban de 'tumbar' alguno que hablara mal de la persona a la que ellos defendían.
Hasta ahí nos habíamos quedado.
Sin embargo, hemos detectado que en 2016 las cosas parecen haber evolucionado. Pagarle a cientos de personas para hacer spam y crear temas de apoyo en redes sociales para engañar a la gente ya no funciona como tal, ahora se hace mediante una sola persona, cuyo gran número de seguidores puede impactar de una forma más grande que la de cualquier 'bot'.
Al tener cientos de miles de seguidores en facebook o twitter o cualquier otra red social, este tipo de personajes son un modelo de entretenimiento para algunos y un modelo de pensamiento para muchos otros. Nos guste o no, líderes de opinión. Y por ello se les busca y contrata.
Para quien está familiarizado con este tipo de temas es fácil detectarlo. Sin embargo para quienes no, las opiniones de estas cuentas son tomadas con mayor seriedad que las de los ya comentados 'bots' y llegan a tener una mayor difusión hasta con más credibilidad.
Es una nueva forma, digamos así, de hacer política. De 'quemar' a los detractores en redes sociales y difundir los 'trapos sucios' sin necesidad de que el nombre del candidato o del equipo de trabajo que busca dañar se vea perjudicado. Y es más efectivo.
Esto es lo que se vislumbra para el proceso electoral mexicano en 2016.
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Primero fue el analfabetismo, después el analfabetismo digital, ahora es el analfabetismo crítico o de discernimiento en el cual la grei de los influencers aceptan cda enunciado como verdad absoluta.
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