martes, 15 de diciembre de 2015
La Generación App... tenemos la vida fácil (?)
Esta entrada tiene bases. Creo que después de la primera sobre lenguaje de programación no lo había hecho. Recién terminé de leer 'Generación App' de Howard Gardner y Katie Davis y tengo algunas conclusiones al respecto.
¿Somos dependientes de nuestros teléfonos celulares? ¿La nomofobia ya es una enfermedad grave para muchos de nosotros? Tal vez.
Salir de la casa sin el teléfono, tal vez hace 10 años hubiera sido algo no tan preocupante. Total, usábamos relojes de mano y podríamos cargar una tarjeta de teléfono por alguna emergencia.
Hoy este caso es diferente. En un smartphone prácticamente está toda tu información, las aplicaciones descargadas contienen los datos del usuario, muchas veces hasta dirección, obvio el correo electrónico y acceso a los contactos.
En una conferencia con Andrés Velázquez, examinador forense digital, nos comentaba que la única forma de que nadie tenga acceso a tus cosas es no teniendo un celular ni una computadora. Y ni siquiera una computadora apagada es algo seguro.
De algo así nos hablan Katie y Howard en su publicación. La 'Generación App' como ellos titulan a quienes no tuvieron que migrar a las tecnologías sino que prácticamente nacen, crecen y se desarrollan con ellas, no usa las aplicaciones para mejorar sino que se vuelve dependiente de ellas.
Ya no recuerdan fechas sino que Facebook lo hace; la calculadora nos permite de forma fácil hacer operaciones sin forzarnos, los niños ya no usan su creatividad, se limitan a las bases de datos de las tabletas o las computadoras para realizar sus ejercicios y un largo etcétera.
La mayor parte del libro nos habla de un estudio social que 'critica' a las aplicaciones porque al facilitarnos tanto la vida nos hace pensar menos, ser menos imaginativos y cerrarnos a un mundo en el que si algo no está en la base de datos, no existe.
Realizaron estudios con niños y jóvenes. Jóvenes que son dependientes de sus padres aún pasando los 20 años por la idea de que la tecnología los acerca y a la vez los aleja.
Yo estoy a favor de las aplicaciones, para mí son una parte importante de mi vida diaria y me ayudan a cumplir con mis labores de manera eficiente. Hay apps que te salvan de problemas, aquí en Guadalajara hay una que te da las rutas de transporte público cercanas a donde te hallas. Las apps dan soluciones a problemas sociales, para mí no son malas.
Sin embargo concuerdo en algo. La gente de hoy ya está más al pendiente de su teléfono que de la comunicación cara a cara. La hora de la comida es la hora de los smartphones. Están juntos pero están alejados. Pero eso llevaría tomar un estudio psicológico y no tanto tecnológico.
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